El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) rechaza frontalmente el acuerdo que, según diversos medios de comunicación, estarían a punto de alcanzar el PP y el PSOE para mantener en las listas electorales a políticos acusados de corrupción, así como para evitar los «reproches» mutuos por esta cuestión. De esta forma, ambos grandes partidos se darían un respiro mutuo hasta después de las elecciones municipales y autonómicas y podrían consolidar en los ayuntamientos y cámaras autonómicas a sus políticos salpicados por la corrupción. El P-LIB reitera su exigencia de una profunda reforma de la legislación electoral y de partidos, de forma tal que los electores escojan entre personas, en lugar de limitarse a ratificar las listas elaboradas por las diversas formaciones, casi siempre sin pasar siquiera por un proceso democrático interno.
El P-LIB considera que este pacto indigno pone de manifiesto que hemos alcanzado unos niveles de corrupción tan extremos que la casta política ha decidido unirse para ocultarla a la sociedad. Esto nos encamina hacia una situación de omertà a la siciliana: una ley de silencio destinada a preservar la tupida maraña de redes corruptas que es transversal a los aparatos de los dos partidos principales.
La corrupción no se soluciona sustituyendo a los políticos corruptos por otras personas. Es el propio sistema el que genera corrupción debido al extraordinario poder discrecional y el enorme presupuesto con el que cuentan las diversas administraciones públicas. La corrupción sólo puede atajarse minimizando el Estado en todos sus niveles territoriales.