Ante el reconocimiento del presidente de la Región de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, de que los servicios de Sanidad y Educación “no pueden ser soportados sólo por el presupuesto de una región o de una nación” el Coordinador del Partido de la Libertad Individual (P-LIB) en esa comunidad autónoma, Francisco Cuberos, ha declarado que “es falso que los ciudadanos no estén asumiendo ya, por vía impositiva y con creces, los costes de estos ineficientes servicios públicos”. El dirigente del P-LIB en Murcia considera la propuesta de implantación de medidas como el céntimo sanitario o el copago, propuesto por Varcárcel en esta misma comparecencia, como “propuestas ineficaces e insuficientes para paliar el déficit sanitario al que nos enfrentamos al final de esta década”.
El sistema público de salud es insostenible y es preciso adoptar medidas más drásticas que aligeren su coste. Ello es así porque, entre otras cosas, la evolución demográfica española juega en contra de la sostenibilidad del sistema. No en vano, en una década, uno de cada cinco ciudadanos tendrá más de 65 años. Este factor hará que diez millones de personas tengan un coste sanitario entre cuatro y doce veces superior al del resto de la población. Asimismo, seis de cada diez pacientes padecerán una enfermedad crónica, con lo que ello supone para el coste del sistema, ya que se cifra en un 70% la incidencia que estos enfermos tienen en él. Estudios recientes (FEDEA, McKinsey) calculan que en un plazo de diez años se dispararán las listas de espera y será necesario que cada español trabaje al menos treinta días al año para sostener la sanidad pública. Por consiguiente, las comunidades autónomas deberán destinar la mitad de su presupuesto a esta partida.
“Semejante crisis no podrá superarse ni con la recentralización del servicio en manos del gobierno estatal, ni con una imposible dotación presupuestaria mayor para las comunidades autónomas, y mucho menos con un mayor cargo de costes a los ciudadanos” ha declarado Cuberos. El Partido de la Libertad Individual considera injusto el doble pago aunque, en principio, suponga la introducción de un elemento de pago que educa en la necesidad de una mayor responsabilidad individual en cuestiones de salud. El modelo de sanidad que propone el P-LIB apuesta por ir más allá de la mera privatización del servicio y acometer la transición hacia un modelo de verdadera liberalización que reduzca radicalmente la carga impositiva de los contribuyentes y provea servicios privados de igual o mayor calidad que los públicos a precios más competitivos que los actuales. Este modelo debe alcanzarse de modo gradual, con un plan de adaptación progresivo que no deje sin cobertura sanitaria pública a las rentas más bajas. El servicio puede facilitarse mediante un sistema de cheques canjeables a la elección del paciente. “Sólo de este modo –ha concluido Cuberos–, sirviéndonos de las ventajas competitivas del mercado, se podrá ahorrar costes y combatir este déficit brutal al que el sistema sanitario público actual, burocratizado e ineficaz, parece abocado.”