El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) reprueba el nuevo reparto de dos millones doscientos mil euros a las fundaciones de los partidos políticos, organismos privados que se han convertido en meros captadores de fondos públicos extraídos fiscalmente a los contribuyentes. La indefensión de los ciudadanos es total frente a este tipo de expolios. El botín, en esta ocasión, ha sido distribuido por el Ministerio de Asuntos Exteriores. Como siempre, las excusas para el reparto son supuestos programas de fomento de la democracia y los Derechos Humanos, programas cuyo gasto y desempeño nadie controlará suficientemente y que, en cualquier caso, deberían financiarse con las aportaciones libres y voluntarias de los ciudadanos, con un alto techo de deducción fiscal. El P-LIB cuestiona la legitimidad de utilizar fundaciones para incrementar la base de recaudación de los partidos, y cuestiona igualmente la propia financiación estatal de los partidos, sindicatos, organizaciones religiosas, ONG, patronales, asociaciones y colegios profesionales o cualquier otra entidad asociativa privada. Cuando el Estado ejerce de intermediario, extrae dinero de la ciudadanía y lo distribuye conforme a sus propios criterios, está invadiendo la soberanía de las personas, mermando su capacidad de donar a quienes realmente deseen y donando en cambio, en su nombre pero sin su consentimiento, a quienes él quiere. Esto es impropio de una sociedad libre.