El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) de Valencia quiere denunciar la situación ruinosa del Museo San Pío V, la segunda pinacoteca de España, que se encuentra en una situación lamentable por el desdén de las autoridades nacionales, regionales y locales. Las estructuras de su torre amenazan con desplomarse y las humedades no sólo ponen en peligro el edificio sino también a un elevado número de pinturas.
Nos parece intolerable que el gobierno autonómico popular desatienda este bien cultural y a la vez practique una política turística de grandes eventos, que ha llevado a nuestra comunidad a un gasto desaforado, al vaciado sistemático de las arcas públicas, a tener una calificación de deuda propia de los “bonos basura” y a impagar importantes facturas (caso de las farmacias valencianas). El presidente elegido en las urnas y algunos cargos del PP se sientan a fecha de hoy en el banquillo de los acusados, juzgados por corruptelas que tienen que ver con esos eventos. Justo en frente del museo se ha demolido y reconstruido un puente, el conocido Pont de Fusta, que estaba en buen estado y cumplía perfectamente su función. El valor de las obras asciende a quince millones de euros, uno más de lo que se estima costaría la reconstrucción del museo.
En este sentido no cabe echar culpas de una administración a otra, como suele ser la práctica habitual del gobierno popular valenciano. Todas son hoy del mismo color: las que pagan (el gobierno central y la Generalitat Valenciana), y la que gestiona el museo (el Ayuntamiento de Valencia).
Una ciudad moderna como Valencia, que pretende ser referente turístico de calidad a nivel mundial, no puede permitirse no poner en valor los activos que tiene, para en lugar de eso despilfarrar tres veces lo presupuestado en locales y edificios que no se usan, impidiendo además que la iniciativa privada se encargue al menos de gestionarlos, para recuperar la inversión y dinamizar la ciudad. Parece, pues, que el interés no es crear una ciudad moderna y atractiva para el turista, con una oferta cultural y de ocio importante, sino seguir incurriendo en el gasto extremo, tan propicio a la corrupción, el favoritismo y el nepotismo desaforados de los gobernantes valencianos.
Desde el P-LIB valenciano exigimos la dimisión de la directora del museo por su incompetencia. Creemos que es imprescindible un cambio de gestión del museo, para su puesta en valor, y entendemos que esto solo es posible desde la iniciativa privada, lo que puede hacerse extensivo a todos los edificios públicos en situación de falta de uso. Si Valencia quiere ser una ciudad moderna y atractiva no puede dilapidar su capital cultural del esta manera.