El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) deplora las nuevas medidas económicas represivas que ha anunciado hoy Soraya Sáenz de Santamaría. Estamos convencidos de que las medidas contra el llamado «fraude fiscal» sólo servirán para desincentivar la actividad empresarial, al desatar una caza de brujas contra los pequeños y medianos empresarios. Esto es una gran torpeza en medio de una crisis como la actual, e indica que la gran preocupación del gobierno es aumentar a toda costa los ingresos estatales para recortar lo mínimo los gastos.
La anunciada lucha contra los «paraísos fiscales» es un brindis al sol porque, obviamente, el gobierno español sólo tiene competencias en su territorio. Otra cosa es que vayan a intentar impedir las estrategias legales de taxplanning internacional. En el comercio internacional, es fundamental la libertad de planificar las operaciones de tal manera que el beneficio se produzca en aquella de las jurisdicciones intervinientes donde menor sea el coste fiscal. Introducir normas contra el legítimo taxplanning internacional sólo redundará en la evitación de nuestro territorio. Si existen «paraísos fiscales» es como respuesta a la condición de auténticos «infiernos fiscales» de los países como el nuestro, donde la libertad económica retrocede al mismo ritmo que avanza el endeudamiento y la voracidad fiscal del Estado. Los beneficios generados en España deben tributar en España, pero si la factura fiscal es demasiado alta, quienes puedan hacerlo optarán por no generarlos en España sino en otros lugares más benignos, lo que perjudicará a la economía española. Una vez más, el gobierno no tiene empacho en sacrificar la actividad económica de muchos para intentar mejorar los ingresos del Estado.
Con todo, de las medidas de hoy la que constituye un auténtico atropello es la anunciada prohibición de pagos en efectivo. El P-LIB adelantó hace exactamente un mes su temor de que España siguiera los pasos ultraintervencionistas de Italia (ver comunicado), y el tiempo nos está dando la razón. La prohibición de los pagos en efectivo es una medida calcada del plan Monti. Es una gravísima limitación del derecho inalienable que todos tenemos a la privacidad de nuestras transacciones económicas.
El P-LIB llama a los ciudadanos y a las empresas a defenderse del expolio fiscal del gobierno conservador implementando todas las estrategias a su alcance dentro de la legalidad. Reprimir la libre circulación de capitales, perseguir a los emprendedores con una lupa y someter los pagos al escrutinio del Estado es propio de regímenes autoritarios o totalitarios, generalmente inspirados por las ideas que el PP decía combatir. El P-LIB invita a la reflexión a quienes se consideran liberales pero han votado al PP.