El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) de Canarias considera gravísimas las informaciones que en los últimos días, y mediante sucesivos trabajos de investigación periodística, han arrojado datos sobrecogedores respecto al despilfarro de algunos cabildos insulares de Canarias. Así, hemos sabido que el Cabildo de Gran Canaria –acogiéndose a los injustificados privilegios de su convenio laboral– ha gastado en los últimos mandatos más de ciento cinco mil euros en gafas graduadas y progresivas, lentillas, implantes bucales, coronas y otros gastos de este tipo a sus consejeros, altos cargos, personal de confianza e incluso a sus familiares.
Mientras tanto, el Cabildo de Tenerife, presidido desde 1999 por Ricardo Melchior, se ha convertido en lo que su propio informe denomina como un holding empresarial que cuenta con casinos, fábricas de yogures, parques eólicos, medios de transporte o canales de televisión. Casi todas estas empresas tienen una característica común: arrojar pérdidas un ejercicio tras otro, a cargo de los impuestos de los ciudadanos.
En concreto, la empresa Televisión Digital de Tenerife (TDT), constituida en abril de 2007 y participada íntegramente por la administración insular, ha gastado más de cuatrocientos mil euros y aún no ha emitido absolutamente nada desde su nacimiento. Al no tener actividad ni otra fuente de ingresos que no sean las subvenciones del propio Cabildo, ha arrojado pérdidas de casi cien mil euros en 2010. Si en 2008 y 2009 no mostró pérdidas fue porque entonces la normativa contable permitía incluir las subvenciones en el capítulo de ingresos de la cuenta de resultados.
Por su lado, la empresa Teisol, de fabricación de yogures y productos lácteos, dependiente del Cabildo, acumula pérdidas por valor de 5,4 millones de euros. Los diferentes casinos de la isla, regentados igualmente por el Cabildo de Tenerife, tienen pérdidas del orden de setecientos mil euros en 2010. Por ejemplo, las del casino del sur de la isla ascienden a 719.000 euros el de la capital, que se elevan a más de dos millones en el caso del casino del Puerto de la Cruz. Así sucede con un sinfín de empresas que constituyen una auténtica sangría para los contribuyentes, así como una competencia desleal para la iniciativa privada, que no sólo ha de soportar sus propias pérdidas, sino que también tiene que sufragar vía impuestos las pérdidas de estas empresas públicas.
El Coordinador del P-LIB en Canarias, Ignacio García, ha declarado que «los cabildos en general, y el de Tenerife en particular, tienen que dejar de ser la principal empresa del lugar y deben permitir que la iniciativa privada emprenda en libertad en estos y otros campos, que nada deberían tener que ver con la esfera de lo público». Además, ha señalado que «la malla de empresas del Cabildo está siendo utilizada como herramienta de contratación y, como tal, captadora de votos con el indecente agravante de hacerlo de forma deficitaria, con cargo al dinero que se sustrae en forma de impuestos de los bolsillos de los ciudadanos».