El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) se opone a que el Ministerio de Defensa «compense» económicamente con cuarenta millones de euros a la antigua empresa del ministro Pedro Morenés (o sus sucesoras) por dejar de fabricar bombas de racimo. La misión de esas bombas es causar el máximo daño a las personas, debido al esparcimiento de submunición destinada a amputar miembros y producir graves heridas, y debido también a la perduración de parte de esa submunición a largo plazo, al no estallar necesariamente de forma simultánea y al tener un especial atractivo para los niños. La prohibición de las bombas de racimo mediante diversos instrumentos de Derecho internacional firmados y ratificados por España, impidió hace años la continuidad de su fabricación por parte de la antigua empresa del ministro Morenés. El P-LIB rechaza la indemnización multimillonaria que ahora —una vez llegado el PP al poder, en plena crisis y mientras las empresas convencionales sufren unas exigencias fiscales sin precedentes— se quiere pagar con nuestro dinero a esta empresa tan evidentemente vinculada al ministro.
En este sentido, Francisco Cerbán, miembro del Comité Ejecutivo del P-LIB, ha declarado que «este caso revela la siniestra simbiosis entre el Hiperestado y las empresas armamentísticas que se lucran del belicismo» y que «este asunto es doblemente escandaloso: por un lado, por la obvia connivencia entre un ministro del gobierno de España y su antigua empresa; y por otro lado porque se pretende dar cuarenta millones de euros a alguien por dejar de producir las terribles bombas de racimo, un arma indiscriminada cuya particular brutalidad ha motivado su prohibición generalizada». El P-LIB denuncia el entrelazamiento mercantilista de la industria de armamentos con el Estado.