El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) recibe con estupor la propuesta del Fondo Monetario Internacional (FMI) de establecer subidas automáticas de la edad de jubilación y recortar aún más las pensiones ya miserables que paga el Estado. Este planteamiento del FMI lleva implícito el reconocimiento de la total insostenibilidad del sistema estatalizado de reparto, basado en esquemas piramidales contrarios a la ética más elemental, e imposibles de mantener en la práctica. Las propuestas del FMI, como los sucesivos parches al sistema en nuestro país y en los de nuestro entorno, evidencian que la casta política se aferra al sistema de reparto y se resiste a devolver a los ciudadanos el pleno control de su previsión para la jubilación. Además, el FMI se alinea una vez más con las tesis económicas más intervencionistas y estatalistas, alejándose cada vez más de la libertad económica.
El Secretario de Organización del P-LIB, Javier López, ha declarado que «es un enorme error dejar en manos del Estado una cuestión tan importante como la previsión para la vejez» y ha recordado que «el P-LIB propone el inicio de una transición ordenada hacia la sustitución completa del actual sistema de reparto por un sistema de capitalización individualizada, gestionado por entidades privadas en régimen de competencia». «Son muchas las personas que hoy pagan triplemente: al Estado, una suma astronómica cada mes; a su plan privado, lo poco que aún pueden aportar; y a sus mayores para que sobrevivan pese a las pensiones de hambre que les paga el Estado tras haberles obligado durante décadas a cotizar grandes cantidades», ha señalado, para añadir que «la farsa de la solidaridad intergeneracional ya no se la cree nadie, y lo que hay que hacer es establecer un simple sistema de apoyo intrageneracional, de forma que en el plan privado de cada individuo se establezca un pequeño monto adicional para que quienes no puedan cotizar reciban un bono con el que costear la aportación mínima legal a la entidad gestora de su elección». «No somos los liberales quienes queremos dejar a nadie sin pensión: es el Estado el que ya no es capaz de asegurar las pensiones y se empecina en mantener un sistema fallido que empobrece a nuestros mayores y cuesta demasiado a los trabajadores», ha concluido.