El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) expresa su máxima satisfacción por el resultado contundente de la votación de ayer en el Parlamento Europeo, que vetó, con más del setenta por ciento de los votos, la adhesión de la Unión Europea al tratado internacional ACTA, más conocido como tratado anti-piratería en Internet. Por una vez, la libertad en la Red y el secreto de las comunicaciones privadas de los ciudadanos por vía informática han prevalecido sobre el interés de los gobiernos y de los políticos.
El P-LIB expresa su reconocimiento a los liberales europeos por su decidido apoyo al veto, y condena las maniobras del Grupo Popular Europeo y del PP español, que hasta el último momento intentaron evitar que se votara. Los conservadores se han retratado como enemigos evidentes de la libertad al promover el ACTA, y han fracasado estrepitosamente en ese intento. En la mayor campaña política online de la historia del continente, casi tres millones de ciudadanos europeos habían firmado la petición del veto, desoída por los populares pero convalidada finalmente por el Parlamento Europeo.
Una vez más ha quedado en evidencia la clase política española tanto del PP como del PSOE, partidos ambos muy poco afectos a la causa de la libertad. Ambos partidos promovieron que España fuera uno de los países europeos que se apresuraron a adherirse al tratado, y esa adhesión se aprobó en el Congreso de los Diputados sin debate público y con el apoyo interesado de los principales grupos mediáticos, que hicieron así una infame dejación de su papel primordial de contribuir a la transparencia de las decisiones políticas.
Roxana Nicula, miembro del Comité Ejecutivo del P-LIB, ha afirmado que «estamos de enhorabuena no sólo los liberales, sino todas las personas que aman su propia libertad y respetan la de los demás«, celebrando que «por una vez los eurodiputados han actuado a favor de sus electores y no de la casta política que dio su consentimiento a este tratado impropio de sociedades libres y trató de hacérselo tragar a la población asustándola con todo tipo de peligros y riesgos digitales, desde el terrorismo a la pornografía infantil». Nicula ha señalado que «esa misma casta es la que intenta imponer un sistema de firewall europeo con inspección profunda de los paquetes de datos enviados entre particulares, y eso es algo que no podemos tolerar de ninguna manera». «Internet es un espacio de libertad que demuestra con nitidez cómo el orden espontáneo configurado por millones de personas es superior a cualquier control o planificación central, y cómo la ingeniería social de los Estados es innecesaria y contraproducente», ha afirmado, concluyendo que «los liberales y libertarios, en Europa y en todo el mundo, debemos considerar la libertad en Internet como una misión crucial porque es en este ámbito en el que hoy se está librando la batalla principal por nuestra libertad y la de nuestros hijos en las próximas décadas».
El P-LIB se enorgullece de haber sido uno de los pocos partidos españoles que se opusieron abiertamente al tratado ACTA y también a la ley Sinde-Wert. Esa ley, tras esta votación histórica, ha quedado en entredicho como una legislación nacional extremadamente restrictiva y liberticida en el contexto de una Europa que no consiente traspasar, por meras cuestiones de propiedad intelectual, las imprescindibles líneas rojas de la libertad personal más básica.
Por lo tanto, el P-LIB siente esta victoria como propia y se congratula porque la cámara de Estrasburgo haya vetado la adhesión a un tratado infame y tiránico que habría sepultado nuestro derecho inalienable al secreto de las comunicaciones y habría dado luz verde a los Estados para establecer un control y una vigilancia de Internet que los liberales rechazamos con toda contundencia, y contra los que seguiremos trabajando denodadamente en el futuro.