El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) madrileño rechaza la pretensión inspeccionadora y sancionadora del Ayuntamiento de Madrid, convalidada ahora por sentencia del Tribunal Supremo, respecto al reciclaje de basuras. Los liberales denunciamos que el consistorio de la capital se dispone a lanzar una auténtica caza de brujas contra los vecinos de Madrid, husmeando en la basura para investigar si se separa adecuadamente para su reciclaje, y multando a los ciudadanos que no lo hagan con la diligencia exigida. Particularmente grave es la atribución colectiva de responsabilidad a las comunidades de propietarios por los incumplimientos de sus miembros anónimos. Incomprensiblemente, el TS ha declarado conforme a Derecho que se pueda sancionar a toda una comunidad porque «alguien» no cumpla las normas municipales de reciclaje. Esa colectivización de las sanciones nos parece inconstitucional y contraria a la libertad individual de los madrileños.
La Coordinadora General del P-LIB madrileño, Sandra Martín, ha declarado que «al Ayuntamiento de Madrid no le importa el reciclaje sino la apertura de una nueva vía de recaudación a costa de la libertad de todos«, añadiendo que «es intolerable que la sentencia del Tribunal Supremo responsabilice a las comunidades de propietarios de los actos de un solo vecino». «Nos gustaría saber qué significado le dará el Ayuntamiento de Madrid al «libre acceso» de los bloques de vivienda —que recoge la ordenanza—, porque mucho nos tememos que con ese pretexto los inspectores municipales allanarán las zonas comunes de los edificios», ha alertado Sandra Martín, recordando que «esas zonas son propiedad privada, aunque del conjunto de propietarios, y no deberían ser accesibles para los representantes de ninguna Administración pública sin la debida tutela judicial», para preguntarse finalmente si «los vecinos tendremos que organizarnos para blindar los cuartos de basura y evitar así la intromisión de los inspectores del Ayuntamiento».
Además, los liberales desconfiamos del uso que los poderes públicos podrían hacer de la información recopilable mediante la inspección de basuras, más allá de la mera determinación de buenos y malos recicladores. El P-LIB madrileño expresa su alarma por el rumbo liberticida del Ayuntamiento de la capital bajo la presidencia de Ana Botella, una alcaldesa que debería preocuparse de reducir el gasto disparatado y la deuda insostenible de la administración municipal, en lugar de aplicar su inventiva a la generación de nuevos ingresos por medios tan ilegítimos como la multa colectiva y mediante tácticas propias de un Estado policial. Los madrileños no queremos que nuestra ciudad viva atemorizada por una Gestapo municipal, ni en materia de basuras ni en ninguna otra.