El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) deplora la intención del Partido Popular de restringir los sistemas de GPS y los mapas y sistemas de cartografía online basados en fotografía satelital. El Grupo Parlamentario del PP insta al gobierno a restringir estos servicios, demostrando una vez más su obsesión liberticida contra Internet y sus usuarios. Los sistemas de composición de imágenes satelitales simulan una «visita» al terreno que en realidad no ocurre en tiempo real, ya que la gran mayoría de las imágenes tienen años de antigüedad. Aún así, la proposición no de ley presentada por Alfonso Alonso pretende obligar a las empresas privadas (muchas veces extranjeras) a manipular sus cartografías o composiciones fotográficas. La distorsión requerida es pixelar, difuminar o eliminar aquellos elementos que a juicio de los conservadores puedan ser «sensibles» para la seguridad nacional.
La ignorancia de los parlamentarios populares queda de manifiesto al asustarse de estos sistemas y decirle al gobierno que constituyen una herramienta al servicio de los terroristas y otros delincuentes. Los conservadores, como siempre, hacen del temor a la innovación una de sus señas de identidad. Los liberales, por contra, alentamos los avances tecnológicos y desconfiamos de la injerencia estatal en su puesta a disposición de los ciudadanos. Si una empresa privada quiere tomar fotos desde el espacio y publicarlas en su sitio web, está en su perfecto derecho de hacerlo y el Estado (sea del mismo país de la empresa o de otro) no es quien para impedírselo. El PP atenta contra la libre empresa y ha llegado al extremo de instar al gobierno a poner nuestra diplomacia al servicio de la paranoia estatalista, impulsando acuerdos internacionales para recortar la libertad de estas empresas y, por consiguiente, de los millones de usuarios de sus servicios. Por supuesto, lo que persiguen los promotores de la iniciativa es que cada gobierno pueda establecer su propia lista de lugares prohibidos e imponerla a los servicios privados de cartografía satelital. Junto con instalaciones militares o centrales nucleares, es predecible que el establishment político de cada país incluya cualquier otra ubicación que por motivos diversos desee ocultar a los ciudadanos.