El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) considera intolerable que el Fondo de Reserva del sistema estatal de pensiones haya llegado a invertir la práctica totalidad del dinero que gestiona (el 97% concretamente) en deuda pública emitida por el propio Estado. Esta práctica de altísimo riesgo pone en evidencia la desesperación económica del Ejecutivo y deja claro que nuestras pensiones no están garantizadas en absoluto, porque el Estado que custodia nuestros fondos se los gasta en comprarse a sí mismo la deuda de baja calidad que emite y que casi nadie más quiere comprar. Esto sólo puede calificarse de estafa contra los intereses económicos del trabajador, cautivo del sistema «de reparto». Los liberales no dejamos de sorprendernos ante la extrema ingenuidad de los colectivistas de izquierdas y derechas, que se indignan por infinidad de cosas pero no dicen nada ante este expolio estatal directo y descarado a los ciudadanos.
El P-LIB reitera su apuesta por un sistema de pensiones alternativo, basado en la capitalización individualizada del ahorro de cada trabajador para su vejez. El sistema actual, llamado «de reparto», sólo reparte ya miseria y riesgo. No sólo es piramidal, inflexible y coercitivo, no sólo exige un esfuerzo insoportable a los trabajadores y les devuelve unas pensiones de miseria, y no sólo se puede considerar ya completamente quebrado pese a la farsa del Pacto de Toledo: además de todo eso, está sometido a la descarada malversación de sus fondos para financiar al Estado, sin que los aportantes puedan hacer nada por impedirlo o por exigir que su dinero se invierta en activos financieros de mayor calidad y seguridad. Esta práctica injusta, completamente desleal hacia los aportantes, obliga a los actuales trabajadores y futuros pensionistas a asumir innecesariamente un riesgo enorme, atando injustamente su futuro al del Estado.