El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) ha seguido con preocupación la jornada electoral y el posterior escrutinio celebrados este domingo en Venezuela. El P-LIB denuncia el contexto de falta de libertad real en el que se ha realizado la campaña electoral y en el que han tenido lugar las elecciones de domingo. Han sido unos comicios organizados bajo el poder hegemónico de un régimen sectario que una vez más ha empleado con parcialidad el inmenso aparato del Estado para beneficio del candidato oficialista. El P-LIB expresa su convicción de que no puede considerarse libre una consulta popular ejecutada en circunstancias de extrema agitación política desde el poder. Esa agitación se ha basado principalmente en la exaltación del líder mesiánico recién fallecido, hasta unos niveles de histerismo propios de Corea del Norte. Un sucesor designado de antemano, al que se le aparece en forma de pajarito místico el presidente anterior, o es un iluminado o un farsante, o ambas cosas.
La sombra de fraude que ha planeado desde el año 2004 sobre todos los procesos electorales venezolanos, únicos en el mundo cuyo funcionamiento es íntegramente controlado por sistemas informáticos, oscurece más que nunca el panorama y ha obligado al candidato único opositor, Henrique Capriles, a denunciar públicamente serias dudas acerca de la limpieza y confiabilidad del proceso de voto y por supuesto del escrutinio, y a no reconocer el ajustadísimo resultado que ha hecho público el Consejo Nacional Electoral.
El P-LIB lamenta que, frente al colectivismo «bolivariano» de la extrema izquierda chavista, la única alternativa real haya sido una difusa coalición de partidos igualmente colectivistas, donde hay desde marxistas leninistas hasta los social-cristianos de COPEI. El programa electoral de esta amalgama encabezada por Capriles no deja lugar a dudas respecto al estatalismo del que también adolece la oposición al régimen. Es lamentable constatar que incluso sin el movimiento chavista Venezuela estaría gobernada por dirigentes cuyos planteamientos implican más Estado, más intervencionismo y menos prosperidad para las personas.
Resulta obvio que las denuncias de fraude electoral efectuadas por Capriles tienen un sólido fundamento, y el P-LIB considera imprescindible un recuento exhaustivo y veraz de los votos, bajo supervisión independiente nacional e internacional. La precipitación de la toma de posesión a sólo cinco días de las elecciones y con el resultado en plena revisión es un gesto autoritario más del régimen que hereda Nicolás Maduro, pero incluso incluso en el caso de que haya ganado realmente, lo ha hecho por un margen muy escaso y tendrá enfrente a la mitad de la población, y por ello debería dar marcha atrás en sus pretensiones continuistas y establecer un profundo diálogo con todas las fuerzas políticas y con la sociedad civil para restaurar el pluralismo y las libertades que su antecesor destruyó.
El P-LIB lamenta la llamada a consultas del embajador en Madrid, que considera un nuevo gesto extemporáneo del régimen de Caracas.
El P-LIB expresa una vez más su mejor deseo de libertad para Venezuela, desde el convencimiento de que la prosperidad sólo puede derivarse del respeto a los derechos de propiedad, actualmente aplastados por el colectivismo extremo del movimiento chavista.