El Partido Libertario (P-LIB) deplora la cobardía de la Unión Europea y de sus Estados miembros en relación con el caso Snowden. Resulta evidente que Edward Snowden ha prestado un enorme servicio a millones de ciudadanos europeos al revelar y demostrar fehacientemente una larga cadena de actividades delictivas perpetradas por la cúpula de los servicios de inteligencia estadounidenses. No es comprensible, por tanto, que Bruselas, mientras protesta con la boca pequeña ante Washington, mire hacia otro lado en lo relacionado con el derecho de asilo político que de forma indudable asiste a Snowden. Es injusto condenarle a refugiarse en Venezuela o en cualquier otro régimen totalitario, intentando así hacerle quedar como un enemigo de las democracias occidentales por haberse significado, precisamente, en la defensa de las libertades civiles que esas democracias dicen defender y representar mejor que nadie. Resulta a todas luces hipócrita la actitud de regímenes liberticidas como el de Nicolás Maduro, que aprovechan el caso Snowden para limpiar su imagen, cuando ellos ejercen una vulneración constante de las libertades civiles, de los derechos políticos y hasta de los derechos humanos que supera con creces la revelada por el fugitivo.
Además, las autoridades políticas y judiciales europeas deberían ser las primeras interesadas en recabar la colaboración de Snowden para esclarecer los delitos señalados, pues afectan a ciudadanos europeos. La Comisión Europea, Van Rompuy y Barroso están incurriendo en una flagrante dejación de responsabilidades en este asunto.
En el caso concreto de España, lamentamos que el ministro García-Margallo no haya atendido la petición formal que el P-LIB formuló en su día para que se concediera asilo político a Snowden, esgrimiendo la torpe excusa de que no lo ha solicitado en territorio español (como si el gobierno no hubiera podido extenderle una invitación garantizándole la concesión de asilo al llegar a España). Resulta igualmente lamentable el celo de las autoridades españolas en evitar que Snowden sobrevolara o hiciera escala en España, celo que nunca se aplicó en lo relacionado con los vuelos que transportaban extrajudicialmente presos a Guantánamo, pese a contravenir expresamente las disposiciones jurídicas españolas e internacionales en materia de tortura. Es también digno de reseñarse el doble rasero del gobierno español en cuanto a los delatores: ampara y refugia a Falciani, protegiéndole de la demanda de extradición suiza, y en cambio colabora con Washington respecto a Snowden. Es decir, el gobierno del PP protege a quien trafica con la información de los ciudadanos privados que se guarecían de la voracidad fiscal en el HSBC, pero colabora en cambio con quienes persiguen al revelador del mayor escándalo de espionaje masivo de todos los tiempos. Este gobierno está con los Estados y contra con la sociedad civil, y si ampara acciones como la de Obama, ¿cómo no vamos a sospechar que actúe de la misma manera?
El P-LIB reitera su sintonía con las posiciones manifestadas ante este caso por el Partido Libertario de los Estados Unidos, y recuerda que el presidente Nixon hubo de abandonar la Casa Blanca por un caso de espionaje infinitamente menor, por lo que considera más que justificado el inicio de un proceso de destitución contra Barack Obama, cuya indigna justificación del espionaje a los ciudadanos es absolutamente intolerable e incompatible con la función política que ostenta. Es incomprensible que cuando se espía a la oposición se produzca un impeachment pero cuando se espía a la población entera se dude si Snowden es un héroe o un traidor. Para nosotros es un héroe, y el traidor es Barack Obama.
El P-LIB llama la atención de la ciudadanía sobre el fondo de la cuestión: el Estado, en todos los países, espía de forma masiva e indiscriminada a la población, usando para ello el dinero que le arrebata fiscalmente. El P-LIB recuerda al gobierno del PP la indignación que escenificó en su día ante el espionaje de SITEL cuando estaba en la oposición, y le insta a desmantelar este sistema ahora que está en el gobierno.
El Presidente del P-LIB, Juan Pina, ha declarado hoy que personas como Snowden, lejos de ser condenables, deben ser tenidas por «aliadas de la libertad frente al poderío opresivo de los Estados, que ya está alcanzando unos niveles insoportables en todo el mundo». «Sin filtradores como estos, jamás habría podido esclarecerse el Watergate, o el GAL», ha añadido, afirmando que «son apenas un débil contrapeso frente a instrumentos de control y espionaje tan implacables y liberticidas como los que ahora hemos conocido, y los libertarios coincidimos con el congresista Ron Paul al agradecerles que nos confronten con la realidad de un mundo más parecido a las distopías de Orwell o Huxley que a la sociedad libre y avanzada en la que creemos vivir». «Esta es una de las materias en las que mejor se distingue la posición liberal como opuesta frontalmente a la conservadora: los conservadores extienden un cheque en blanco al poder constituido y confían ciegamente en la autoridad, permitiéndole casi cualquier cosa, mientras los liberales no estamos dispuestos a tolerar que el Estado, que nos debe obediencia y respeto a sus dueños, los ciudadanos, cambie los papeles y se convierta en nuestro amo«, ha concluido.