El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) denuncia la injusta Ley de la lectura, del libro y de las bibliotecas, que atenta contra uno de los pilares fundamentales de nuestra sociedad: la libre competencia. Esta Ley, del año 2007, establece la obligación de que el editor fije un precio de venta al público, que va parejo a un descuento no superior al 5%. Esto impide que los empresarios puedan hacer el descuento que crean conveniente para el mejor desarrollo de su negocio. Los liberales creemos que el Estado no debe poner ningún freno a los precios de los productos culturales. Esto por principio, pero también por la incompetencia que ha venido demostrando el Estado en esta materia. Roxana Nicula, Secretaria de Acción Ciudadana del P-LIB, ha declarado que «son los editores y sus clientes quienes deben fijar libremente los precios, como en cualquier otro sector«.
Además, el descuento máximo perjudica a los más necesitados. Incluso, en algunas comunidades autónomas hay asociaciones de padres que, afectados por la grave crisis económica actual, han decidido comprar los libros al por mayor —la Ley sólo excluye a Infantil, Secundaria y obras menores— directamente a las editoriales, con el fin de conseguir precios diferentes de los establecidos para el público general. Esto no sería necesario si los libreros pudieran rebajar libremente sus precios y competir por este tipo de clientes con mayores problemas para la adquisición de los mismos.
El P-LIB considera necesario seguir el ejemplo de Italia, donde nuestros homólogos del Movimiento Libertario han batallado durante años contra una situación igual de injusta y aberrante, que se ha resuelto finalmente con la sentencia de un tribunal de Bérgamo, en virtud de la cual se considera ilegal impedir el descuento en los libros.