Ante la corrupción extrema de CEIM

César Balmaseda

El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) madrileño manifiesta su indignación ante el más reciente y escandaloso caso de corrupción registrado en nuestra comunidad autónoma. Este caso afecta de lleno a la patronal madrileña CEIM, con la imputación de su presidente Arturo Fernández y con la detención de importantes dirigentes empresariales. Lo sucedido pone nuevamente de manifiesto que la cultura de la subvención genera corrupción, al crear los incentivos perversos que llevan a políticos, sindicalistas, empresarios o funcionarios a delinquir para hacerse con el dinero de nuestros impuestos. En este caso, con cursos y alumnos fantasmas se ha podido robar a los contribuyentes unos cuantos millones de euros. La Comunidad de Madrid lleva mucho tiempo exigiendo a CEIM información justificativa de las millonarias subvenciones que recibe, pero, sorprendentemente, no había demandado judicialmente a la patronal.

El P-LIB de Madrid, además de denunciar de manera enérgica este fraude a cuenta del dinero de todos los ciudadanos, cree moralmente cuestionable que Arturo Fernández aún tenga la desvergüenza de presentarse nuevamente a la presidencia de la CEIM pese a estar imputado por estos hechos gravísimos. Desde luego, no puede considerarse ni a Fernández ni a los demás directivos afectados como representantes del empresariado madrileño sino sólo de unas organizaciones empresariales absolutamente desacreditadas. En toda España, al igual que los sindicatos, las patronales llevan décadas condicionadas por su entrelazamiento con la política y por su dependencia económica de todo tipo de subvenciones y otras prebendas.

Los llamados agentes sociales son parte de nuestro grave problema de corrupción generalizada, y no pueden ser parte de su solución. La causa última es el perverso sistema de subvenciones masivas que alienta poderosamente estos fraudes. El P-LIB de Madrid exige el esclarecimiento de los hechos y que caiga sobre sus culpables todo el peso de la ley. El Estado expolia el producto de nuestro esfuerzo para costear innumerables actuaciones inútiles, incluyendo los cursos de formación, mucho menos efectivos que la adquisición de experiencia trabajando realmente en empresas, cosa hoy imposible por culpa de la rígida legislación laboral. Pero lo que no puede permitirse de ninguna manera es que el dinero que nos quita el Estado termine en los bolsillos de una cúpula patronal tan carente de representatividad como de ética. Los verdaderos empresarios, los que cada día se esfuerzan en competir para ofrecer sus productos y servicios a la sociedad, los que crean empleo y riqueza en Madrid, no merecen verse asociados con esta casta indigna.

Declaraciones de César Balmaseda, Vicecoordinador General del P-LIB madrileño:

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