El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) rechaza la decisión del gobierno de conferir a médicos y enfermeros la condición de «autoridad pública», como ya hizo con el profesorado. El P-LIB sospecha que esa condición se dará sólo al personal estatal y no al del sector médico privado. En palabras de Juan Pina, «la única autoridad que cuenta es la del paciente, que es el cliente de los servicios sanitarios: un cliente cautivo del sistema estatal que le despoja de sus derechos». «Este nuevo status se establece para reforzar el poder de los funcionarios sobre los pacientes hartos de la mala atención y de las listas de espera», ha declarado.