El Partido Libertario (P-LIB) reprueba todas las medidas incluidas por el Partido Animalista destinadas a aumentar el gasto público, y por tanto a incrementar los impuestos a unos contribuyentes que se encuentran ya al borde del colapso. La sensibilidad y el cuidado que los animales merecen, y que, por ejemplo, en el caso de las mascotas son responsabilidad voluntaria de cada cual, nada tiene que ver con la creación de “un sistema público de salud para los animales” o de “residencias para animales en los centros de trabajo públicos” donde los animales estén “cuidados, vigilados y en compañía durante la jornada laboral”.
Para realizar semejante propuesta el PACMA se basa en un estudio según el cual, supuestamente, la mitad de la población acudiría al trabajo con sus animales si pudiera. Pero, no satisfecho con ello, este partido propone que se establezcan convenios entre la Administración y las empresas con el objetivo de que los empleados de éstas “tengan derecho a disfrutar de este servicio en sus trabajos”, lo que obligaría a los empresarios a soportar mayores costes laborales de los que ya están soportando. Las propuestas del PACMA demuestran una gran insensibilidad tanto con los seres humanos como con las mascotas exóticas, abocando a los primeros a costear las mascotas de terceros y discriminando a los propietarios de mascotas como serpientes, arañas, lagartos, hurones, cerdos y conejos. Los libertarios por el contrario somos más respetuosos tanto con los seres humanos como con los animales, ya que respetamos a los primeros al no obligar a nadie a pagar de su bolsillo la mascota de otro, y no discriminamos a ninguno de los segundos ya que queremos que todos tengan un trato similar. Estamos por lo tanto ante una propuesta de ética y principios tan dudosos que no pueden sino calificarse de broma de mal gusto político para llamar la atención, desvelando al mismo tiempo una carencia profunda de ideas y alternativas para los problemas reales que sufren los ciudadanos en España.
“Es inadmisible que un partido pretenda expoliar aún más a los contribuyentes para crear residencias para cuidados de animales en los centros de trabajo” considera José Antonio Peña, miembro del Comité Ejecutivo Federal del P-LIB. “Tener un animal es una responsabilidad individual cuyo gasto no se puede trasladar al conjunto de la sociedad o a los ya castigados empresarios, y por tanto se trata de una ocurrencia más del PACMA justo cuando más inmersa en la crisis se encuentra la fatigada sociedad”, ha concluido Peña.