El Partido Libertario (P-LIB) recibe con sorpresa las declaraciones de la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, que contradicen las de su concejal de Hacienda, Carlos Sánchez, emitidas apenas 24 horas antes. La posibilidad de aplicar una tasa a las actividades turísticas y otra a los cajeros automáticos era, sin duda, una mala noticia para la economía de la ciudad, que hubiera penalizado al sector turístico y al bolsillo de los usuarios de los cajeros.Por ello, es positivo que estas tasas no vayan a implantarse. Sin embargo estas declaraciones cruzadas tienen en sí mismas un efecto nocivo, ya que las inversiones acuden a los lugares que ofrecen un marco estable y huyen de aquellos en los que las reglas del juego pueden cambiar de un día para otro. La inseguridad jurídica y económica sale muy cara a los habitantes de un territorio como pone de manifiesto la situación de algunos países, en los que nadie quiere invertir por esta misma situación. De esta forma, las contradicciones entre Carmena y su máximo responsable de Hacienda dejan al descubierto la falta de ideas concretas del actual gobierno municipal, que más allá de proclamas populistas carece de un programa de acción definido y sostenible. El P-LIB considera también destacable aquello en lo que Carmena no ha corregido a su concejal, algo que el propio Sánchez consideró «prioritario», el presionar al Gobierno central para que permita al ayuntamiento incumplir la Ley de Estabilidad Presupuestaria, y aumentar el presupuesto para el próximo año 2016.
Los libertarios nos oponemos frontalmente a cualquier intento de aumentar aún más el ya desproporcionado presupuesto municipal. Los ayuntamientos españoles, con el de Madrid como ejemplo destacado, vienen prestando desde hace años una serie de servicios que no son de competencia municipal —los llamados «servicios impropios»— en descarada duplicidad con otras administraciones o con la sociedad civil. Cualquier saneamiento de las arcas del ayuntamiento debe pasar necesariamente por la supresión total de dichos servicios impropios, así como por una reducción muy significativa del resto del sobredimensionado gasto municipal.
Jorge Martín, miembro de la ejecutiva del P-LIB madrileño, ha declarado en este sentido: «Los problemas económicos de Madrid no pueden resolverse con una idea distinta cada día. Si bien es cierto que la situación de las arcas municipales es una herencia recibida de la anterior corporación, la solución a la enorme deuda que ha dejado el PP es eliminar los gastos superfluos, no aumentarlos aún más».