El Partido Libertario (P-LIB) rechaza la ordenanza aprobada por el gobierno municipal de Manuela Carmena, que impone una tasa a los cajeros automáticos en la ciudad de Madrid, y condena la política liberticida de la alcaldesa comunista de Madrid. Esta ordenanza fue aprobada junto a otras medidas fiscales con carácter puramente recaudatorio que atacan directamente al bolsillo de los madrileños.
El P-LIB no considera creíble el argumento esgrimido por el consistorio madrileño, en el sentido de que el impuesto lo pagarán los bancos y no afectará a los clientes. Por otra parte tampoco acepta el razonamiento falaz de que es el Ayuntamiento quien cede el espacio y que por ello se debe pagar un impuesto por su uso.
El aumento de costes permanentes de un producto o servicio acaba repercutiendo en los clientes del mismo, especialmente cuando la libre competencia está restringida, como en el hiperregulado sector bancario. Por otro lado, los cajeros se encuentran alojados en el espacio de la entidad bancaria, creando por tanto el peligroso precedente de que el Ayuntamiento pueda reclamar por el uso de una propiedad privada.
Es también necesario recordar que incluso en el caso de que usuarios del cajero lo estén utilizando desde la acera, ya están pagando impuestos por el mantenimiento de la misma, lo que hace que esta tasa no sea sino cobrar dos veces a los contribuyentes por el mismo concepto.
Los libertarios defendemos un sector bancario competitivo, con menos regulaciones y mayor facilidad para operar. Es decir, una banca verdaderamente libre sin privilegios ni rescates, y sin barreras de entrada para nuevas entidades.
En cuanto a otras ordenanzas aprobadas, como ventajas fiscales a la energía solar o mayor imposición a determinados vehículos, el P-LIB reitera su oposición a que se intenten dirigir los hábitos de consumo desde las administraciones públicas; y recuerda que en general las ciudades más limpias se encuentran en sociedades más libres.
Héctor Muñoz, miembro de la ejecutiva madrileña del P-LIB, ha declarado que “Los impuestos son una transferencia de renta del cliente a las arcas municipales, ya que repercuten directamente sobre el cliente”. Muñoz también opina que “Carmena entabla batallas contra todos los sectores económicos ya sean bares o grandes bancos, al final ya sea vía multas o vía impuestos harán de Madrid un desierto privando a los madrileños de capacidades de emprendimiento.”