El Partido Libertario (P-LIB) de la Comunidad Valenciana expresa su indignación ante las noticias publicadas en los últimos días en relación a un funcionario que lleva cobrando diez años sin ir a trabajar en la Diputación de Valencia. No sólo es demencial que alguien cobre un sueldo desorbitado por un trabajo que no hace, sino que las informaciones revelan que la práctica era conocida por sus compañeros. Además, el puesto estaba prácticamente vacío de contenido y carecía de utilidad real. Lejos de ser una simple anécdota, este caso no es sino un síntoma de la corrupción generalizada que necesariamente conlleva la hipertrofia del Estado.
Los partidos políticos utilizan las instituciones como oficina de empleo para afines y conocidos. La contratación de familiares y el uso de los organismos estatales para pagar favores son práctica común desde hace mucho tiempo, como muestra este caso. Las plantillas de ayuntamientos, consellerias y diputaciones solo crecen, engrosadas por la entrada de trabajadores a puestos vacíos, mientras todos miran para otro lado, pues la alternancia en el poder permite que unos y otros puedan poner en práctica este sistema. Los sindicatos, además, callan ante estas prácticas y la consecuencia es una administración hipertrofiada y anquilosada, cuyo criterio de contratación y promoción es el enchufe.
Los libertarios proponemos una administración pequeña, basada en la eficiencia, y con criterios de contratación claros y objetivos. Abogamos por eliminar los privilegios funcionariales, de forma que el coste del sistema público sea menor para poderlo repercutir en una bajada de impuestos a los ciudadanos. No hay razón para no gestionar la Administración bajo los mismos criterios que las empresas, puesto que los hechos demuestran que el mercado libre es mejor proveedor de cualquier producto o servicio que la lenta y burocrática Administración. Los partidos políticos no pueden ensuciar con su amiguismo las instituciones: debe crearse un cordón sanitario entre los trabajadores de la administración y los políticos, que no deben poder contratar a dedo a nadie, ni crear puestos de trabajo con completa discrecionalidad.
En este sentido José Luis Montesinos, Coordinador General de la Comunidad Valenciana ha declarado que “este es solo un ejemplo más. Aquí cada uno mete a los suyos y respeta a los del vecino. Así es como promueven la corrupción, que a todos afecta: desde el mercadeo de favores. El trabajo de miles de funcionarios decentes se ve entorpecido por los comisarios políticos de cada gobierno.” Y ha finalizado diciendo que “Hay que acabar con este pacto tácito del que participan vieja y nueva política… la administración debe ser mínima y la contratación y promoción, libres de injerencias partidistas”.