La Unión Europea ha anunciado una gran ampliación del Fondo Europeo de Adaptación a la Globalización. Este fondo estaba originalmente pensado para subsidiar de diversas maneras a las empresas y sectores deficientes e incapaces de competir en un mundo de economía libre globalizada. Ahora, Bruselas va a destinar ingentes recursos a este fondo, amplía sus objetivos y subvencionará la creación de puestos de trabajo.
El P-LIB ni comparte el objetivo original del FEAG ni mucho menos su reconversión en un nuevo ente subvencionador de empleos artificiales. La cota de paro registrada en la Europa de los 27 es la más alta de todos los tiempos, y ello debería hacer a Bruselas reflexionar sobre la desastrosa política económica intervencionista que los Estados miembros y la Comisión impulsan desde los orígenes mismos del proyecto de construcción europea.
El P-LIB cree que la generación de empleos realmente necesarios (y por tanto sostenibles) pasa por la drástica reducciónde buena parte de los impuestos, tasas y regulaciones que pesan sobre la iniciativa privada. La apuesta de Bruselas representa un nuevo recurso a la cultura de la subvención, en un contexto de grave crisis económica que ya no admite las recetas económicas del colectivismo. No corresponde al Estado crear puestos de trabajo con el dinero de los contribuyentes, sino apartarse para permitir que la propia sociedad civil, libre de trabas, los cree directamente.
El P-LIB pide la disolución del FEAG, un fondo que nunca debió existir ya que, en cualquier caso, las empresas europeas son capaces de adaptarse por sí mismas a la globalización. Para competir con éxito en la economía globalizada, lo que necesitan las empresas europeas no son subvenciones con dinero público, sino menos cargas sociales, menos regulaciones burocráticas y una presión fiscal muy inferior a la actual.