El P-LIB deplora las últimas declaraciones del presidente del Gobierno respecto a la subida de impuestos, ya que Rodríguez Zapatero sigue instalado en la ambigüedad y la falta de concreción. La sociedad necesita saber de una vez por todas hacia dónde se dirige la política tributaria del Gobierno. Es comprensible que la negociación sobre los Presupuestos Generales influya en la necesaria precisión, pero la economía española no puede seguir soportando la incertidumbre a la que está sometida, y es responsabilidad del Ejecutivo concluir con celeridad las negociaciones que tenga entabladas con otros grupos políticos y exponer cuál va a ser exactamente la subida.
En todo caso, el P-LIB considera que el objetivo de obtener quince mil millones de euros es perfectamente asumible mediante el recorte de gastos superfluos del Estado tanto a nivel central como autonómico y local, sin necesidad de acometer una subida de impuestos en el peor momento vivido por nuestra economía en muchas décadas.
No son creíbles las declaraciones efectuadas por Zapatero en Nueva York, en el sentido de que serán «los ricos» quienes paguen la subida de impuestos, porque simultáneamente está barajando la subida del IVA y otras medidas que afectan al conjunto de la población. En todo caso, se trata de un manido comodín típico de la izquierda intervencionista. La cuestión no es tanto si se sube los impuestos a unos u otros segmentos de la población, sino el hecho de que se va a detraer de la sociedad recursos ingentes que, en este momento de crisis aguda, donde deben estar es en la calle y no en las arcas del Estado. En la calle, ese dinero (ya sea «de ricos» o no) dinamizará la economía, mientras en las arcas estatales sólo contribuirá al despilfarro y la mala gestión, retrasando la recuperación económica.
El P-LIB considera insultantes las declaraciones de la ministra Salgado, quien ha afirmado que la subida de impuestos será buena para los ciudadanos al revertir en ellos mediante más gasto del Estado. Los ciudadanos no somos niños cuyo dinero deba gastar por nosotros el Estado. Exigimos que ese dinero no salga de nuestros bolsillos, que ya lo gastaremos nosotros con mucha mayor sabiduría que los burócratas a sueldo de la ministra.