Las comparecencias de dirigentes del PP en el día de hoy ponen de manifiesto la extrema gravedad del caso Gürtel y el conocimiento que de sus entresijos tenía la cúpula del partido. Es evidente que el partido gobernante ha utilizado los medios estatales, desde la Fiscalía y la Policía hasta los medios de comunicación públicos, para aprovechar al máximo el caso, en el marco de una campaña constante de desgaste del PP. Es igual de evidente que todos los gobiernos socialistas y populares anteriores han incurrido en comportamientos similares respecto a sus adversarios. Tenemos, como la mayoría de los ciudadanos, la convicción moral de que ambos grandes partidos están corrompidos hasta la médula por tramas similares o peores a la de este caso. Creemos que la financiación irregular descubierta debe de ser tan sólo la punta del iceberg de la corrupción que afecta a los dos grandes partidos, y que más allá de financiar a sus partidos, personajes como los del caso Gürtel y tantos casos anteriores «financian» sobre todo los bolsillos privados de dirigentes e intermediarios de toda laya.
El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) exige una lucha sin cuartel contra la corrupción política, y apuesta para ello por reducir la discrecionalidad en la toma de decisiones, la eliminación hasta donde sea posible de permisos y licencias, la restitución a la ciudadanía de decisiones que hoy toman las administraciones públicas, y la reducción radical del dinero público, visto hoy como un botín a repartir por la gran mayoría de los políticos pertenecientes a los partidos convencionales. Muchos de esos políticos se dedicarían a otra cosa si el presupuesto a manejar desde su ayuntamiento u otra administración fuera exiguo, los mecanismos de transparencia fueran más eficaces y la necesidad de contar con su firma para abrir un negocio o recalificar un terreno desapareciera. En muy gran medida, la corrupción es un resultado lógico y directo del exceso de poder y dinero que el actual sistema colectivista otorga al Estado.
El P-LIB exige al PP una adopción firme de responsabilidades respecto al caso Gürtel, y la eliminación política de todos los implicados, sea cual sea su cargo y su importancia en el partido.