El Partido de la Libertad Individual (P-LIB), ante la extraordinaria gravedad de la información que hoy publica el diario El Mundo en relación con la presunta implicación directa y personal del presidente del Gobierno en el caso Bárcenas, expresa al Partido Popular y a la sociedad civil su más absoluta indignación, y exige al Grupo Popular del Congreso que adopte las medidas necesarias para la destitución inmediata de Mariano Rajoy Brey y para la propuesta a la cámara baja de un nuevo candidato a la presidencia. Con independencia de las responsabilidades penales que la Justicia, en su caso, llegue a atribuir al señor Rajoy e incluso al partido que preside, los liberales entendemos que la conducta expuesta en la información de hoy resulta políticamente incompatible con la alta función que ejerce. Quien presuntamente indujo a Luis Bárcenas a ocultar delitos no puede continuar ni un día más al frente del Ejecutivo. En uno de los mensajes revelados hoy por El Mundo, Rajoy dice que «la vida es resistir» y esto cuadra perfectamente con la indolente contumacia que le caracteriza, con su perseverancia en el error, esperando siempre que las cosas se resuelvan por sí mismas y confiando en que sus fallos se verán dulcificados por los fallos aún mayores de sus oponentes. Los liberales respondemos a Rajoy que la vida, y desde luego la función de presidente del Gobierno, es mucho más que resistir: también hay que afrontar los problemas, resolverlos y explicarlo. Su terca política del avestruz puede haberle llevado al cargo, más por descomposición del adversario que por méritos propios, pero no le servirá para permanecer en él como si el escándalo que provoca su conducta pudiera simplemente resbalarle y caer en el olvido.
Rajoy debe abandonar ya La Moncloa. Lo hará cubierto de ignominia, vergüenza y deshonor. Lo hará por la puerta trasera y nuestros libros de historia le reservarán las páginas más grises de la etapa democrática. Por su empecinamiento en continuar e incluso intensificar las políticas socialdemócratas, estatistas y empobrecedoras de su antecesor; por subirnos más de treinta veces los impuestos en menos de dos años; por endeudarnos para salvar a la banca; por sus titubeos y su torpeza; por su cobardía a la hora de comparecer ante la sociedad y explicarse; por su complacencia con las redes clientelares que han convertido presuntamente al PP en un bazar donde miles de rufianes trafican con las decisiones políticas y con el dinero de los ciudadanos; por su inabarcable mediocridad y por su gestión nefasta al frente del gobierno; Mariano Rajoy se había hecho ya merecedor del enorme desprestigio que todas las encuestas reflejan. Pero ahora se añade el daño insoportable que su continuidad inflige a nuestro edificio institucional y también a nuestra credibilidad y reputación en el concierto internacional, al agravar la erosión de nuestra ya deteriorada marca-país.
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