El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) deplora las decisiones liberticidas adoptadas esta tarde por la Junta Electoral madrileña y posteriormente por otras, en relación con las protestas convocadas por la plataforma Democracia Real Ya. El P-LIB ha manifestado su discrepancia con las propuestas de esta plataforma, por considerar que muchas de ellas son profundamente colectivistas y nos encaminarían a un sistema aún más estatalizado que el actual. Anoche el P-LIB presentó y divulgó sus propuestas alternativas bajo el título Libertad Real Ya, cuyo hashtag en Twitter ha alcanzado una considerable difusión. Nuestra discrepancia profunda respecto a muchas de las propuestas no nos impide simpatizar con algunas de las otras. Compartimos además el hartazgo de los manifestantes contra el bipartidismo estéril y agotado, contra el sistema electoral cerrado y antidemocrático y contra la casta política corrupta y clientelista. Pero los liberales y libertarios que componemos el P-LIB somos por encima de todo defensores de los derechos individuales, entre ellos el de manifestación y el de expresión, y los exigimos con la misma fuerza cuando su recorte nos afecta como cuando perjudica a otros.

La decisión de las juntas electorales es injusta y absurda, y responde probablemente al temor de los partidos políticos principales respecto a la continuidad de las protestas. Las juntas han actuado con un reglamentismo y un exceso de celo dignos de mejor causa, pero sobre todo con una ceguera y una falta de sensibilidad política inauditas en estos treinta y cinco años de democracia. Como también es inaudito que el Metro de Madrid esté instando a los viajeros a no acudir a Sol, o que ayer se empleara inhibidores de frecuencia para dificultar la comunicación en el centro de la capital, o que los medios de comunicación convencionales hayan titubeado en la cobertura de estos acontecimientos.

El P-LIB, haciendo abstracción de sus grandes diferencias políticas con Democracia Real Ya, exige el respeto al derecho constitucional a la expresión y la manifestación de todos los seguidores de esa organización, por encima de reglamentos, plazos y otras cuestiones formales. Al hacerlo, responsabiliza al Gobierno y a los ayuntamientos de los incidentes que en su caso se produzcan si se decide desalojar violentamente a los ciudadanos concentrados, y reitera su reivindicación de menos Estado y más libertad: