El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) rechaza el anteproyecto de ley de reforma de las pensiones aprobado recientemente por el Consejo de Ministros. Esta reforma, que pretende implantar el ejecutivo de Mariano Rajoy, es un monumento a todas las falacias que los diversos gobiernos vienen recitando sobre las pensiones en las últimas décadas. La reforma no es original: se basa, como las anteriores, en el recorte de las pensiones aunque sustituye las formulas clásicas (elevación de la edad de jubilación, aumento del cálculo de años cotizados), por otras nuevas, como el Factor de Equidad Intergeneracional o un nuevo índice de revalorización. El primero reducirá las pensiones según aumente la esperanza de vida, es decir, viviremos más años con una pensión cada vez más miserable. El segundo elimina la revalorización por IPC, institucionalizando el recorte anual de las pensiones en la mayoría de los casos y endulzándolo con un pequeño aumento nominal para mantener a los jubilados la ilusión de que su pensión sube cuando en términos reales no hace sino bajar. A pesar de todo esto el gobierno, por boca de la ministra Fátima Bañez, tiene la desfachatez de anunciar que las pensiones ganarán poder adquisitivo a medio y largo plazo cuando precisamente lo que garantiza esta reforma es una pérdida de poder adquisitivo a corto plazo y una pérdida mucho mayor a medio y largo plazo cuando ya hayan pasado los siguientes compromisos electorales y se empiece a aplicar al Factor de Equidad Intergeneracional.
El P-LIB reitera a la ciudadanía que el sistema de reparto de las pensiones es una estafa y está quebrado. Y esta situación no viene de ahora, el sistema lleva muchas décadas quebrado solo que los afectados no pueden reclamar. A los ciudadanos se les extrae durante su vida laboral un tercio de la riqueza que generan para pagar el sistema de reparto. Este proceso queda además oculto ya que los trabajadores sólo ven en su nómina una pequeña parte del total del expolio al que son sometidos; el resto parece que lo paga el empresario pero en realidad también lo está pagando el trabajador con su esfuerzo. Un sistema donde se entrega una cantidad tan elevada para que te devuelvan una muy inferior es una estafa. Incluso esa pensión ridícula es periódicamente reducida ante la quiebra del sistema.
Los ciudadanos no deben dejarse engañar por los políticos cuando dicen que el sistema es sostenible y que no está en quiebra. Si alguien entrega 1.000 euros con la promesa de que le devuelvan 1.100 y en vez de eso le devuelven 800 se ha producido una quiebra del sistema y su posterior quita. Lo mismo sucede si para entregar los 1.100 euros prometidos se suben los impuestos y la cantidad a entregar pasa de 1.000 a 1.200. Que el sistema esté quebrado no significa que no se paguen pensiones, significa que no se paga lo que se ha prometido sino que se paga una cantidad inferior o que se suben las cotizaciones para pagar lo mismo o menos. Por eso la sostenibilidad de las pensiones que esgrimen los socialistas de todos los partidos es tan engañosa, porque esquilmando a millones de trabajadores del sector privado siempre será posible pagar alguna pensión por miserable que sea, pero eso no tiene nada de sostenible y lo tiene todo de estafa.
«Los libertarios —ha declarado Óscar Timón, Vicepresidente y Portavoz del P-LIB en materia de Economía— apostamos por otro modelo de pensiones donde los pensionistas no sólo reciban lo que han cotizado sino mucho más». «Esto es posible gracias a las virtudes del ahorro a largo plazo y el interés compuesto, que permiten multiplicar lo aportado con el paso de los años, lo cual sólo es posible en la capitalización individual ya sea a través de planes de pensiones privados u otros instrumentos de ahorro», ha señalado. «Se trata de un sistema donde el ciudadano tiene total libertad para elegir dónde quiere depositar su dinero y que no le obligan, por ejemplo, a comprar deuda pública para luego apropiarse de sus ahorros como hizo el gobierno argentino o ha hecho recientemente el gobierno polaco», ha concluido Timón.
El sistema de capitalización tiene además otra ventaja, que nuestra casta política deja de tener en sus manos el sustento de millones de personas con sus correspondientes votos. Además, el sistema de capitalización fomenta el ahorro a largo plazo que es vital para el aumento sostenible de la riqueza del país, lo que permitiría entrar en un círculo virtuoso de más riqueza, más empleo, salarios más altos y también pensiones más elevadas. En el sistema de capitalización que defiende el P-LIB, a diferencia del actual, no se rompe el vínculo entre cada aportante y el monto de su aportación, y no se pierde el fondo acumulado en caso de fallecimiento ya que pasa a los herederos.