- Las tropas internacionales enviadas a la zona de crisis no van a invadir el territorio de un país, sino a prevenir en la medida de lo posible el inicio de una agresión bélica
- La expansión de la OTAN a numerosos países democráticos no es más que el resultado de la elección de estos de integrarse en ella y de no estar en la órbita geopolítica del Kremlin
- El autoritarismo del régimen de Putin no es un problema que solo afecte a Rusia o a sus países vecinos
El Partido Libertario (P-LIB) expresa su rechazo generalizado a las guerras y su apuesta por escenarios de cooperación, de los que la guerra es su antítesis más clara. Este rechazo se enmarca en el rechazo a la violencia en general.
Hay un conocido refrán que afirma que “dos no se pelean si uno no quiere”. En realidad, por muy bien que suene esta frase, lo principal que se puede decir de ella es que es totalmente falsa. Basta con que uno quiera para haya una pelea (salvo que el otro, claro, se deje dar una paliza). Por eso, por más que encontremos detestable cualquier situación de violencia, los libertarios nos oponemos al inicio de la violencia, pero defendemos el derecho al uso de la violencia defensiva, recurso que sin duda es mejor no tener que llegar a utilizar, pero cuya necesidad nos puede ser impuesta por otros.
En el marco de la crisis internacional sobre Ucrania, se están haciendo una serie de afirmaciones, entre ellas que Ucrania está muy lejos de España y que esta crisis no nos afecta en absoluto, que el histórico de la política exterior de Estados Unidos está muy lejos de ser intachable, que el gobierno de Ucrania no está tampoco precisamente libre de crítica, que la expansión de la OTAN está creando un cerco alrededor de Rusia, que más allá de ser una organización internacional la OTAN está bajo la hegemonía de Estados Unidos, que los habitantes de Donetsk y Lugansk ahora y de Crimea antes pueden elegir formar parte de Rusia en un ejercicio de autodeterminación y que, en definitiva, la guerra es algo rechazable, por lo que lo mejor que se le puede pedir a Estados Unidos y sus aliados, España incluida, es no aumentar la tensión diplomática enviando tropas a la zona en crisis.