El Partido de la Libertad Individual (P-LIB) comunica a todos sus afiliados y simpatizantes que durante el último año y medio ha librado una dura batalla administrativa y judicial por su propio nombre e identidad. El ordenamiento jurídico español protege las denominaciones de las sociedades mercantiles pero presenta deficiencias a la hora de evitar la confusión entre los nombres de otras personas jurídicas, incluidos los partidos políticos. A primeros de 2013 instó su registro como partido una formación cuyo nombre, «Partido por la Libertad» (PxL), podía obviamente inducir a confusión por su parecido con el nombre del P-LIB.