Tras las votaciones del día de ayer en Argentina, Javier Milei, candidato por La Libertad Avanza, será investido como presidente de la República Argentina.
Argentina, antaño uno de los países más prósperos del mundo, se encuentra al borde del abismo económico. Hoy, más que nunca, es necesario un giro de 180 grados en las políticas económicas para evitar que la República Argentina caiga a ese abismo en el que por desgracia se encuentran ya muchos otros países. En una situación así, es natural que la economía se convierta en la principal preocupación de los electores. Y que lo fundamental sea que se apliquen las políticas económicas correctas, se llame como se llame quien se encargue de dicha aplicación.
El Partido Libertario (P-LIB) de España considera que las propuestas económicas recogidas en el programa que ha defendido Javier Milei van exactamente en la dirección que Argentina necesita. Deseamos, por tanto, que el futuro presidente argentino tenga la determinación para llevarlas a cabo, que sus socios de coalición no las obstaculicen (a pesar del aprecio histórico que tiene la derecha por las subvenciones y el proteccionismo, tendencia en la que compite con la izquierda), y que la oposición de izquierda argentina no bloquee su aplicación. Y también que, una vez demostrada su utilidad en Argentina, puedan llevarse a cabo en otros países.
Por el contrario, nos preocupa que determinadas posiciones que ha tomado Javier Milei en cuestiones no económicas (quizá por influencia de sus socios de coalición) puedan asociarse con el libertarismo, cuando no tienen nada que ver con él, y sí con la derecha. Como su cambio de opinión en cuanto a la legalización de las drogas, ahora aplazada hasta que se alcance una sociedad anarcocapitalista, o su negativa a eliminar las subvenciones a las confesiones religiosas.
Como partido de fuera de Argentina, nos preocupan especialmente las alianzas internacionales del futuro presidente. Milei no ha perdido oportunidad de vincularse con figuras del ámbito de la Alt-Right, como el expresidente estadounidense Donald Trump, o el expresidente brasileño Jair Bolsonaro. O con figuras como la primera ministra italiana Giorgia Meloni, del partido Fratelli d’Italia, con elementos postfascistas en su discurso, y conocida por sus ataques a las parejas homosexuales, a la gestación subrogada y a los inmigrantes.
O, sin ir más lejos, con el partido español VOX, cuya orientación neofalangista es cada vez más evidente (aunque quizá menos nueva de lo que parece), y con planteamientos proteccionistas frontalmente opuestos también a la libertad económica. Esto no es una cuestión de matices: Milei viajó a España para participar en un acto de VOX y pedir el voto para ese partido.
En definitiva, nos gustaría que Argentina pueda solucionar sus graves problemas económicos y avanzar hacia la prosperidad, que los principios económicos recogidos en el programa de Milei puedan demostrar su utilidad, y que sus tendencias y alianzas con la derecha no se identifiquen erróneamente con el libertarismo.